Sin bandas

Se podría decir que no estoy peor que antes, pero eso no significa que esté bien. Llevo ya varias semanas dándome largos baños, releyendo libros que en su día me motivaron, reconstruyendo a oído el puto vuelo del moscardón, alargando los entrenos del gimnasio, viendo televisión basura, haciendo largas siestas de las que te despiertas más deprimido que nunca, bebiendo cantidades preocupantes de alcohol estando solo en casa, dando vueltas y vueltas en la cama, escribiendo historias fantasiosas y estúpidas que no le importan a nadie, simplemente recordando momentos mejores, viendo y reviendo temporadas y temporadas de friends, todo simplemente por puro aburrimiento. Eso sí, ni que me maten me pondré a estudiar para los inminentes exámenes. Eso sería demasiado. Tal vez exagero un poco las cosas. Me siento solo, pero no sé porqué. Más gente de la que me pensaba me apoya y se nota que quedan más conmigo a pesar de que, que yo sepa, no se me nota especialmente triste. Hoy he ido a recoger los resultados de un análisis de sangre. Tengo el ácido úrico ligeramente alto. La doctora me ha mirado fijamente y me ha preguntado si como mucha carne roja. “No”, digo con un movimiento de cabeza. ¿Si como mucho tomate? No ¿Proteínas en exceso? No. Me mira con incredulidad y dice “¿espinacas?”. Asiento con cara de culpabilidad. Me dice que también podría ser por exceso de alcohol. Puta vida sana. Colesterol extremadamente bajo. Hierro bajo, cosa rara teniendo el ácido úrico alto. No me he atrevido a preguntarle que es la bilirrubina.